La bolsa o la vida
El bandolesrismo se ha instalado en las más altas instancias de nuestra sociedad. No van a caballo ni te apuntan con un trabuco pero son mucho más crueles y ladinos en su modo de actuar. Cada rincón de nuestro país tiene apostado a un bandido que, por lo general, actúa con la protección de entidades y estamentos que no cumplen debidamente sus funciones de control.
A estas alturas de la película se ha alcanzado la plena unanimidad en cuanto a la salida a bolsa de Bankia: una estafa consentida. Cuando esta entidad estaba en el ojo del huracán por tantas irregularidades descubiertas en su sanedrín, tuvo la complicidad de la Comisión Nacional del Mercado de Valores y del Banco de España para sacar a bolsa toneladas de papel, en lo que fue una trampa para sus clientes que vieron como su capital se quedó reducido en más de un noventa y cinco por ciento.
En pokercsi hemos tenido algunos debates sobre las semejanzas entre el poker y la bolsa, pues es fácil encontrar paralelismos entre ambas actividades. Al margen de los matices propios de toda discusión, en lo que estamos plenamente de acuerdo es en que resulta imprescindible un constante control de todos los elementos presentes en la relación entre las salas de poker y los usuarios, del mismo modo que la CNMV debería hacer lo mismo con las empresas y los inversores. Desgraciadamente, existen muchos cabos sueltos en ambas actividades.
Nuestra intención es incidir una y otra vez en esta cuestión para conseguir un círculo virtuoso: las casas de poker deberían pasar estrictas auditorías, ordenadas y supervisadas por la Dirección General de Ordenación del Juego. Una vez que todo estuviese bajo control se harían públicos los resultados de los casinos virtuales para que a nadie le quedasen dudas en referencia a la integridad de los mismos. De encontrarse anomalías, atendiendo a su gravedad, deberían haber sanciones y retiradas de licencias. Si las irregularidades fuesen errores subsanables, de poca importancia, sería razonable dar la oportunidad a la sala de poker de resolver la cuestión sin mayores problemas, siguiendo las directrices ordenadas por la DGOJ para su resolución.
Para que se nos entienda bien pondremos un ejemplo al alcance de todos. Si queremos tener una información fidedigna del estado de un enfermo lo que no es de recibo es que solo le hagamos sacar la lengua, para comprobar si la misma está demasiado blanca o presenta un color sonrosado. Para hacer esto no hacen falta ni clínicas ni médicos titulados.
Nosotros proponemos análisis de sangre en toda su extensión, midiéndolo todo para saberlo todo. No hay otro camino.